Dicho trabajo se realizó en 2021 por un periodo de 6 meses en campo y 6 meses remoto, una duración total de un año de acompañamiento directo con la organización. El objetivo primordial era que la ONG se volviera completamente independiente financieramente de donaciones internacionales para la operación diaria de sus gastos fijos.  

Al llegar a la región de trabajo que en moto se encuentra a 2 horas de la ciudad más cercana, Masaka,  cruzando la selva por la montaña hasta llegar a la aldea, Manywa. Nos encontramos con un amplio terreno, rodeado de altos árboles en donde está ubicado el centro de formación y apoyo para las infancias de la región. El cual para ese entonces solo contaba con un pozo de agua, una letrina sin drenaje, un campo de cultivos que cubría ¼ parte del terreo el cual en realidad solo se aprovechaba la mitad de su capacidad, exclusivamente para autoconsumo de la organización, es decir, alrededor de 50 niños, de entre 2 a 13 años. Y finalmente la obra principal era una choza en medio del terreno, de tablas de tronco de árbol, con techo de ramas secas de árboles. Un espacio de aproximadamente 5 metro de ancho x 10 metros de largo, el cual funcionaba como salón de clases, almacén, cuarto donde vivía el guardia, y oficina de la organización. Estructura la cual se desprendía o venía abajo continuamente debido a una fuerte tormenta o pequeños temblores. MIC recibía una mediad e $50 USD mensuales de donativos los cuales eran utilizados únicamente para la agricultura del autoconsumo de los niños. Solo una vez MIC obtuvo recursos internacionales para un proyecto de agua limpia, el pozo de agua, del cual hoy en dia se nutre toda la aldea. La organización llevaba aproximadamente cuatro años sobreviviendo con lo mínimo. Por lo cual evidentemente, no contaban con ningún programa educativo, o clase de enseñanza o estructura a seguir.  

Los primeros meses fueron de inclusión a la comunidad, investigación, análisis e interpretación de las diferentes oportunidades socioeconómicas, desafíos más críticos, externalidades, potencialidad entre otros factores. Resultados que se fueron compartiendo con la comunidad, aldea, región e incluso ONGs de ciudades cercanas, buscando escuchar y ser parte de un equipo de trabajo totalmente inclusivo donde se tomaran en cuenta todas las opiniones, discutieran y juntos tomar una decisión. Al término de tres meses, se propusieron diferentes esquemas de negocios solidarios y circulares que desarrollaran responsablemente a la comunidad, donde ellos fueran los principales beneficiados. De esta forma se eligieron cuatro distintos micro negocios para desarrollar en donde las utilidades se destinaran en primera medida a cubrir los costos operativos y todo lo adicional se destinara al centro MIC. Se realizaron las estimaciones financieras necesarias para iniciar y cubrir los gastos iniciales durante seis meses del proyecto donde alcanzara el punto de quiebre donde fuera autosustentable financieramente cada negocio. 

Una vez que se tenía todo el proyecto estructurado, se realizaron campañas de recaudación de fondos, así como de difusión masiva internacional de la ONG y proyectos a implementar. Se participó en diferentes convocatorias de organizaciones internacionales para obtener fondos y después de unas semanas de recolección, se obtuvieron alrededor de $6,000 USD. Al mismo tiempo se ofrecieron talleres de capacitación a los coordinadores de MIC en administración, finanzas, procuración de fondos, educación, entre otros, para poder llevar a cabo el proyecto de manera independiente paulatinamente. 

Con los fondos listos, nos dedicamos a obtener las mejores herramientas, maquinaria, trabajadores y materia prima para llevar a cabo los proyectos. Se compró todo lo necesario, se apoyó en la construcción, la comunidad participo y se unió voluntariamente a colaborar desde sus capacidades. Una vez terminada la instalación de los micros negocios y un salón de clases de estructura sólida se inició con el acompañamiento de la administración, operación, eficiencia, y conectividad de MIC para solidificar las bases. 

Hoy en día el centro MIC cuenta con 3 salones de clase de aproximadamente 30 mts x 6 mts, de estructura sólida, ladrillo, cemento y tejado. Con una casa albergue para niños huérfanos con dos habitaciones en operación. Una cocina funcional con mecanismos de ahorro de energía, cuidado del medio ambiente y materiales ecológicos. Una panadería con horno, maquinaria, almacén y equipo de trabajo para autoconsumo y venta local de productos básicos. El terreno del cultivo utilizándose al 90% de su capacidad con productos 100% orgánicos, para autoconsumo así como para venta minorista para la comunidad local. Una granja con aproximadamente 100 gallinas y 20 cerdos para autoconsumo y venta local. Operan la única tienda en la aldea de granos, fertilizantes, alimento para ganado y agricultura para la comunidad. Un automóvil para el transporte del personal y alumnos/infancias reduciendo su traslado de más de una hora a pie por la selva en tan solo 10 minutos en auto. El terreno por fin logro cercarse, con puerta de seguridad, plantación de vegetación, acondicionamiento del terreno, e incluso una zona con estructuras de juego para los niños. Actualmente el centro MIC se encuentra en plena operación generando alrededor de $500 USD mensuales para gastos fijos, con alrededor de 100 alumnos diarios, maestros, material educativo, con voluntarios locales, internacionales en campo e incluso remotos que apoyan a la continuidad de este proyecto. A través de este programa se han beneficiado directamente más de 200 personas de la comunidad por medio de empleo, educación, alimentación, salud… y adicionalmente unas 400 personas de manera indirecta. 

Seguimos trabajando para poner nuestro granito de arena y juntos hacer la diferencia, demostrando que se puede, se debe y se hace.

En la frontera Siria del Líbano, existe una región llamada Akkar, la cual es conocida por ser la más inestable tanto por medio de rebeldes, por falta de servicios básicos, pobreza extrema y crisis de refugiados de la guerra Siria, entre otras problemáticas sociales. Adentrándonos en esa región, existen algún par de ONGs de asistencia humanitaria para atender crisis y emergencias. Por este medio nos vinculamos con la pequeña organización local Mishwar, para buscar la forma de impulsar el desarrollo económico de esta población. Para pasar de atender y destinar recursos a consumo inmediato, sino a formaciones y proyectos a largo plazo donde la misma comunidad pueda tener un ingreso justo por su trabajo. 

Después de haber estado seis meses apoyando en diferentes labores de administración, logística y planeación de recursos y proyectos. Optamos por iniciar una investigación socioeconómica del perfil de los refugiados sirios que viven en la zona y sus afectaciones en la salud mental. Con el fin de identificar variables que proporcionen información sobre cómo ha ido evolucionando su calidad de vida, cuáles son sus habilidades/conocimientos y las necesidades básicas para poder tener una vida digna en esa zona. Después de tres meses de investigación en diferentes campos de refugiados a cientos de familias se analizaron los datos estadísticos actuales, se obtuvo un histórico del comportamiento y finalmente se llevaron a cabo estimaciones a futuro para determinar líneas de tiempo de acuerdo a la muestra poblacional. Con esta información se interpretaron distintos factores determinantes de la vulnerabilidad y las posibles propuestas de proyectos para contribuir a la calidad de vida de estas poblaciones. 

A través de nuestra organización aliada, se llevó a cabo un programa educativo para niños y jóvenes, desde materias básicas, hasta inglés, deportes y arte. Al mismo tiempo se implementaron talleres de capacitación en oficios como carpintería con materiales reciclados, corte y confección, e incluso propuestas de grupos de apoyo en salud mental para hombres, entre otras actividades. Fue un programa con duración de 6 meses, donde al finalizar se los resultados arrojaron un gran salto en la calidad de vida de las comunidades. Incluso con impactos a largo plazo, donde las enseñanzas quedaron sembradas y siguen generando beneficios tanto monetarios como internos en la persona. Se logró beneficiar directamente a más de 200 personas, de los cuales 50 individuos alcanzaron la independencia financiera. De manera indirecta se estima un impacto positivo a más de 400 personas de la región a través de los programas, conocimientos y trabajos. 

Desafortunadamente el programa no pudo continuar debido a recortes de presupuesto de las instituciones internacionales por la guerra entre Rusia-Ucrania. Dejando a cientos de niños refugiados sirios (donde muchos nacieron como refugiados, sin nacionalidad, sin derechos, mientras solo conocen la guerra) sin educación en las calles y sin empleo para sus padres. 

Seguimos trabajando con Mishwar a través de otros programas de asistencia humanitaria y emergencia. Pero estamos en búsqueda intensiva de recaudar fondos para poder continuar con el programa de reducción de desigualdades. 

En la frontera Guatemala – México por medio de Tabasco existe la segunda ruta más transitada para los migrantes y refugiados  que vienen de todas partes del mundo a través de Centroamérica. En este camino existe una asociación albergue de bastante renombre llamado “La 72” en honor a los migrantes calcinados en un tráiler en el norte de México por un grupo delictivo. Aquí trabajamos gran parte del equipo de Bak´omondo por varios meses en la defensa de los derechos humanos de los migrantes, en asistencia humanitaria, en difusión de la vulnerabilidad y racismo a los migrantes/refugiados, en la investigación económica y de riesgo de las personas en tránsito, entre otros proyectos. 

A través de esta participación se han logrado obtener cientos de permisos de residencia, atención de emergencia apoyando a heridos física y psicológicamente. Proponiendo, incentivando e implementando modelos educativos para la comunidad, artísticos, espacios libres de opinión, deportes, lo cual ha promovido una mejor adaptación y convencimiento de asentamiento en México.  A través de estos programas se contribuye al bienestar directo de más de 100 migrantes/refugiados al día que transitan por el albergue “La 72” así como a la localidad del municipio de Tenosique donde se encuentra ubicada la ONG, y sus alrededores.  

De igual forma por medio de una inclusión de migrantes/refugiados en la comunidad mexicana, e incluso estudios estadísticos sobre el perfil económico del migrante, sus riesgos y su posible productividad en el mercado mexicano. A través de esta información se han tomado como base para redactar relevantes artículos sociales en prestigiosos medios de comunicación independiente como Código Magenta, Instituciones académicas superiores, Organizaciones Internacionales como IRC, ACNUR, Save the children entre otras. 

Formando alianzas estratégicas de cooperación, estamos gestando el apoyo a través de distintas ONGs dentro del sector tanto nacional como internacional para seguir impulsando estos programas, compartir información de utilidad entre actores principales e incursionar en nuevos modelos estratégicos. De esta manera, actualmente nos encontramos trabajando en un proyecto de cooperación internacional a través de la organización alemana GIZ y el apoyo de asociaciones civiles locales como Dialogo Intercultural Mexicano, para implementar proyectos inclusivos de mayor alcance. 

Todos podemos contribuir desde nuestra profesión con algún impacto social positivo, y tus acciones no tienen fronteras. Únete a nuestra red y colaboremos para ser el cambio que exigimos.